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COMUNICACIÓN O LAS MIL CARAS DE UN REDACTOR

COMUNICACIÓN O LAS MIL CARAS DE UN REDACTOR

Por lo general, la gente confunde la profesión de periodista con la de redactor, y tengo que decir que, después de tantos años de trabajar con las noticias que escriben los demás, he descubierto que hay una gran diferencia. El periodista es el que va detrás de la noticia: la busca, la huele, la persigue, la encuentra y busca toda clase de fuentes y evidencias para contrastarla y confirmarla (si es uno de los buenos); el redactor es el que se encarga de plasmarla en palabras, dándole un sentido más o menos sensacionalista, y encargándose de que llegue al mayor número de personas.

Claro, si tenemos suerte, hay cierto número de periodistas que también son redactores, y eso le da otra dimensión a cualquier clase de noticia que quieran difundir. No sólo conocen de primera mano toda la información, sino que además saben comunicarla correctamente, bien redactada y con palabras bien escogidas para darle la dosis justa, como hemos dicho, de sensacionalismo. La verdad, trabajar con el material de estos profesionales es todo un lujo que hay que agradecer, pues entre los miles de noticias y artículos que pasan por mis manos cada día, realmente se agradece no tener que hacer retoques y poder entender y postear de una vez sin revisar ni tener que interpretar lo que se cuenta.

Estos últimos profesionales, como digo, son una gozada, y tienen una cierta teoría, llamada «el sexo del periodismo«: por lo visto, uno escribe de la misma forma en que practica sexo, y en ese sentido, incluso se puede clasificar a estos periodistas en distintas categorías. Ya que esta teoría ha salido de la gente del mismo gremio, hemos de darla por buena, aunque también podría ser una forma cualquiera de entenderse entre ellos, y poco comprensible para los demás. Sin embargo, si esta clasificación se corresponde con la forma de dar la información, es interesante que podamos distinguir a cada tipo de periodista leyendo sus artículos, para saber de qué manera y en base a qué estamos conociendo los sucesos a los que se refiere lo que leemos o escuchamos, ¿me explico?

Lo curioso de todo esto es que, hasta en una profesión como esta, cuyo ejercicio no tiene que ver mucho con otras acciones mundanas, se puedan hacer relaciones con la sexualidad. A vece me sorprende escuchar que el dinero mueve el mundo, o incluso el amor, si nos ponemos románticos; para mí, claramente es el sexo, y más concretamente, la práctica de él, lo que hace que cualquier persona se mueva en cualquier dirección. No hay más que ver el interés de cualquiera por las pelis, que ni siquiera se trata de la acción sexual de uno mismo, sino de unos extraños a los que ni conocemos, y que no piensan precisamente en nosotros como individuos cuando hacen su trabajo. Para estos profesionales, somos un público al que complacer, pero claramente no tratan de que nuestras fantasías como individuos sean cumplidas, ¡faltaría más! De ser así, ser actor porno sería el trabajo más complicado del mundo, mucho más que el ser el mandatario de la mayor potencia mundial, eso seguro.

La sexualidad es algo que todo ser humano lleva en sus genes y desarrolla en algún momento de su vida, eso sin duda. Y parece ser que afecta a muchos ámbitos de nuestro día a día, nuestras acciones e incluso nuestras aptitudes, como puede ser el escribir, algo que se supone totalmente artístico. Pero claro, tiene cierta lógica si lo pensamos, la verdad: en la misma mente de un periodista se encuentra tanto la habilidad para buscar información, la habilidad para darla, y unos instintos sexuales imposibles de ignorar. Que todo esto llegue un momento en que tenga relación, no debería sorprendernos.